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En estos días, la economía mundial vive una crisis sanitaria, humana y económica sin precedente alguno en la historia. Es la pandemia del COVID-19 ante quien las economías se paralizan y se cierran inusitadamente, las sociedades entran en cuarentenas que van de lo moderado a lo severo, pasando por restricciones temporales, espaciales y hasta el grado de llegar a la militarización, si, estamos en condiciones similares a las de una guerra y aunque no sabemos a ciencia cierta cuándo ni cómo terminará esta crisis, lo cierto es que debemos sobreponernos como sociedad y como economía latente.
El sector de las industrias creativas y culturales se encuentra entre los más afectados por esta pandemia debido a la pérdida repentina y masiva de oportunidades de ingresos y así, muchas pequeñas empresas y profesionales independientes esenciales para el sector se encuentran enfrentando una quiebra inminente, ya que esta crisis ha generado una amenaza estructural para la supervivencia de este sector productivo.
Al efecto, el Estado debería generar políticas públicas tendientes a generar las condiciones necesarias para el sostenimiento -en primer término-, y la estimulación de la oferta y la demanda para lograr una estabilidad de la crisis en estos sectores. El desafío actual estriba en otorgar apoyos públicos que alivien los impactos económicos negativos a corto plazo y ayuden a identificar nuevas oportunidades a mediano plazo para los diferentes actores públicos, privados y sin fines de lucro que participan en la producción cultural y creativa.
Algunos gobiernos de América Latina han reaccionado a las necesidades del sector creativo con medidas para proteger a los emprendimientos, museos, teatros, trabajadores y freelancers. También se han gestado una serie de iniciativas para capturar datos del impacto del COVID-19 con relación al desempleo y a las pérdidas económicas de las empresas, así como también iniciativas para diseñar políticas públicas útiles y eficientes.
La mayoría de los gobiernos realizan acciones más allá de cualquier modelo predictivo, sobre procesos de prueba y error, pues en algunos casos, los errores que van diseñando la crisis sanitaria están llevando a crisis políticas, económicas y sociales, haciendo proclives a los grupos mas vulnerables, a padecer de manera directa las consecuencias de las políticas contingentes pero letales que incluso han generado estallidos sociales contra el gobierno, e incluso, contra la misma sociedad civil, la lucha de todos contra todos al sentirse impotentes por las distintas carencias, restricciones progresivas y el encierro como el acabose de esta pesadilla subliminal del “quédate en casa”, que genera incluso trastornos psicológicos.
¿Qué es la Economía Naranja?
El Banco Interamericano de Desarrollo acuña el término Economía Naranja cuando se refiere al conjunto de actividades a través de las cuales las ideas se transforman en bienes y servicios culturales y creativos, cuyo valor podría estar protegido por derechos de propiedad intelectual. También se conoce como economía creativa.
Características de la economía naranja.
- El reconocimiento de que además de su valor social e identitario, la creatividad, el arte y la cultura pueden ser fundamento de bienes y actividades económicamente productivas.
- Su relación con los derechos de propiedad intelectual y en especial de los derechos de autor.
- La transformación de las ideas en
¿Por qué naranja?
El BID escogió este color porque, a lo largo de la historia y a través de múltiples culturas, el naranja se ha asociado con las artes y la creatividad.
¿Qué áreas comprende la Economía Naranja?
Incluye áreas muy variadas que van desde las más tradicionales que se asocian con la cultura, tales como museos, la arquitectura patrimonial o las artes, hasta los festivales, el diseño, el cine, la música o los videojuegos. Para entenderlo mejor, las clasificamos en tres áreas principales: Veamos brevemente cada una de ellas:
- Las actividades tradicionales y artísticas, que consisten en iniciativas relacionadas con la preservación y transmisión del patrimonio cultural, ya sea material e inmaterial de una sociedad. Por ejemplo, como decíamos, el teatro o los festivales culturales.
- La industria creativa, que está compuesta por actividades comerciales en donde el valor del producto final depende, principalmente, de su contenido creativo, incluida la industria cultural, donde encontramos las artesanías o las novelas, y las creaciones funcionales, donde la creatividad forma parte central de productos no culturales, como serían la moda, la publicidad o el diseño de interiores.
- Las actividades que brindan apoyo creativo a las industrias tradicionales incluyen aquellas que son parte de las cadenas de valor de otras industrias. Por ejemplo, el diseño de un auto en la industria automotriz, el diseño de un empaque o el marketing.
¿Cuál es el rol del arte y los artistas en la Economía Naranja?
Hablar de la relación entre las artes y la economía siempre ha sido controversial. Por un lado, el sector artístico y cultural no ha sido un asunto primordial de análisis para el mundo económico y, por otro lado, existe una reticencia en el sector cultural para reconocer y destacar sus procesos económicos, como si al hacerlo, los artistas estuvieran disminuyendo
el valor artístico de lo que producen o el misticismo que los rodea.
Como resultado, en varias ocasiones políticos, artistas e incluso algunos economistas han llegado a considerar que el arte y la cultura escapan al razonamiento económico, o lo consideran un lujo que solo pueden permitirse países ricos. Un bien cultural posee dos capitales o valores, uno económico y otro simbólico; lo cual convierte el objeto artístico en una mercancía de características especiales.
¿Cómo se relaciona el sector artístico y cultural con el creativo?
En las últimas décadas ha habido una extensión para incorporar no solo los bienes artísticos y culturales sino también los creativos en la investigación económica. La conexión entre la creatividad, las nuevas tecnologías, mercados laborales más flexibles y estructuras de producción digital, masivas, flexibles y ágiles, han creado un nuevo panorama, en el que la creatividad se ha convertido en una nueva área de actividad económica, es decir, las industrias creativas. De esta manera surge lo que actualmente conocemos como industrias culturales y creativas, en donde ambas comparten el trabajo creativo como núcleo de su actividad. Sin embargo, los procesos productivos en los sectores culturales y creativos no necesariamente ocurren de la misma manera y los actores involucrados en ellos son diferentes.
¿Quiénes son los otros actores, además de los creadores, que intervienen en el ecosistema creativo?
El ecosistema creativo se define como el conjunto de agentes y sus relaciones que están detrás de la incorporación de nuevos bienes y servicios basados en la creatividad en una sociedad geográficamente delimitada, al centro del ecosistema están justamente aquellos agentes o instituciones que son los proveedores de dichos bienes y servicios.
Estos bienes y servicios se pueden clasificar entre bienes y servicios artísticos y culturales, bienes creativos para consumidores finales y bienes creativos intermedios, que son usados por otros agentes en su función de producción. Pero, para que estos productores puedan proveer estos bienes y servicios se requiere un conjunto de otros agentes o participantes que hagan posible este proceso.
¿Por qué la Economía Naranja es parte de la economía del futuro?
La Economía Naranja es parte de la economía del futuro por tres razones:
- Por basarse en la creatividad
- Por su sostenibilidad y
- Por su capacidad de potenciar actividad económica cuando se agrupa.
¡Es un verdadero recurso renovable! En términos sociales, la Economía Naranja es una economía inclusiva en la que, si bien hay un alto componente de empleo informal, encontramos a más mujeres y jóvenes que en otros sectores económicos. A su vez, es una economía que empodera a las comunidades, permitiéndoles fortalecer su identidad local, exportando su talento y diversidad cultural.
La Economía Naranja permite potenciar actividad económica, especialmente en centros urbanos, reactivando localidades, generando clusters creativos, atrayendo inversión, talento y turismo, todo ello alrededor de una oferta cultural creativa localizada y única.
La economía Naranja es una pieza fundamental de la economía del futuro gracias a la creatividad que añade valor en todas las industrias, a su capacidad de empoderar comunidades locales y ser inclusiva, y a su capacidad de agrupar actores y atraer consumidores en distintos espacios urbanos a través del mundo.
¿Por qué la economía creativa es parte de la economía del futuro?
El crecimiento de la economía creativa está superando el rendimiento de la economía en su conjunto y definitivamente se erige como un motor para el desarrollo. Alimenta toda la economía y fomenta la innovación de tres maneras:
- La economía creativa juega un papel decisivo en el desarrollo urbano y la regeneración de ciudades enteras, atrayendo turistas y mano de obra calificada. Hay varios ejemplos en todo el mundo que demuestran cómo los museos y festivales actúan como buques insignia y potenciadores para las economías locales.
- El contenido cultural y creativo impulsa la economía digital. Los bienes culturales digitales son, con mucho, la mayor fuente de ingresos para la economía digital, ya que generan ventas de dispositivos digitales, así como ingresos por publicidad y suscripción para medios en línea y plataformas de transmisión.
- Además de su peso económico, las actividades creativas contribuyen significativamente a la diversidad laboral.